viernes, 4 de noviembre de 2016

UN GORRITO OREJAS DE GATO (MUY FÁCIL)

Hola!! Después de muuucho tiempo desaparecida por aquí, hago una breve entrada para enseñaros mi gorrito con orejas de gato.

El año pasado vi a una chica por la calle con un gorro de este tipo, pero como estaba acabando el invierno no me he animado a hacerme uno hasta esta ahora.

El que llevaba esta chica creo que era el típico gorro redondo, con las orejas cosidas. Sin embargo, dándole vueltas pensé que igual podría hacer el gorro de una solo pieza y aprovechar el doblez natural que hace el tejido al meterlo en la cabeza.

Me compré unos ovillos hace unos meses para hacerme una caperuza con un patrón gratuito que encontré en internet....y me la hice, EN UNA TARDE, pero resulta que al probármela era lo más parecido a Doña Rogelia... (jajajajaja), así que decidí hacerme este gorrito que creo que me queda mucho mejor (también era fácil que me quedara mejor que el de Doña Rogelia).

Empecé con la parte de tejido elástico, todo en crochet, con 10 puntos de ancho y cogiendo en cada vuelta solo la lazada posterior, para que quede la delantera formando un ribete. Me medí la cabeza y cuando tenía una longitud de tejido de la misma medida cosí ambos extremos para formar una circunferencia.
Después, con el gancho fui cogiendo a lo largo de toda la circunferencia puntos para continuar con la parte superior del gorro e hice tantas filas como necesitaba para cubrir la cabeza. 
La confección resultante es un cilindro de unos 18 cm de alto y circunferencia igual a la de la cabeza en el que hay que coser la parte superior.
Tras coser la parte superior, me lo probé y marqué dos puntos a ambos lados de la cabeza donde coser la zona de las orejas (basta con dos puntadas) para que siempre queden las orejas en el mismo sitio. Y ya está listo para el invierno.
Ahora solo falta que haga frío, viento, que llueva o que nieve....como a mi me gusta!!!
Espero que os animéis a haceros uno. 

Hasta la próxima!!




miércoles, 23 de marzo de 2016

EL ÚLTIMO CUELLO DE LA TEMPORADA (y mi primera etiqueta)

El otro día me acerqué a una tienda de decoración, que me gusta mucho y en la que además tienen algunos ovillos de hilo 100% algodón, en un montón de colores. Son los que usé para hacer la mantita de granny que os enseñé en otro post. 

Cada día que voy a esta tienda me compro algunos ovillos (ya tengo una colección curiosa...). Por otro lado, había visto en internet algunos puntos de ganchillo que quería probar a hacer y pensando en ellos, me compré tres ovillos en color rosa clarito.

La primera muestra que he hecho es la del punto de arroz de crochet (también llamado Moss Stitch), consiste en hacer un punto bajo y una cadeneta a lo largo de toda la fila y alternándolos en la fila siguiente, siempre con un número par de puntos, con lo que nos queda un tejido como el de la imagen. Os dejo además un esquema.


Al principio hice una muestra de 10 puntos, para probar y después empecé a darle vueltas para ver en qué podría aplicarlo; total, que al ser un hilo de algodón, que no da mucho calor, he decidido hacer el último cuello de la temporada de invierno-primavera.


He hecho un rectángulo comenzando con una cadeneta de 40 puntos, y tras ello he comenzado, como os he comentado, a hacer en la siguiente fila un punto bajo y una cadeneta hasta completar 122 filas, o lo que es lo mismo, un rectángulo de 16,5 x 56 cm (dependerá del hilo que utilicéis y la forma de apretar los puntos, recordad hacer una cadeneta de número par).

Después he cosido los dos extremos del rectángulo (hasta conseguir un cuello de 16,5 x 56 cm), y he rematado ambos lados con sendas filas de puntos altos, como veis en la foto.


Además, he hecho mi primera etiqueta!! un poco chapuza, pero si me dedico a ello en un futuro ya las encargaré para fabricarlas en serie, jeje (pero un poco más monas).


Espero que aún queden unos días de frío para poder estrenarlo. 

Hasta la próxima!

viernes, 4 de marzo de 2016

CURSO DE GALLETAS DECORADAS DE POSTREADICCIÓN Y MI VERSIÓN DE CAPERUCITA EN FIMO

Los que me conocéis ya sabéis de mi afición a la repostería (si, otra afición más), desde pequeña he hecho bizcochos y galletas, y claro, cuando descubrí las galletas decoradas fue lo más. 

Las galletas decoradas son en sí mismas una manualidad comestible, así que aúnan mis dos vicios. 

Hace aproximadamente un año y medio, mi amiga Asun me regaló el libro de Postreadicción. Sus autores Julia y Julián, comenzaron con un blog, del mismo nombre, que se ha convertido en referente. Además, de su dedicación al blog, imparten cursos, por lo que sin dudarlo, escribí a Julia para que me avisara en cuanto publicara nuevas fechas. 

Conté los días hasta la fecha del curso, aunque un poco incrédula de mi capacidad para hacer esas galletas, que veía perfectas.
El taller es una monada, como comentamos allí, parece una casita de muñecas, muy acogedor, con todo listo para comenzar y un ambiente genial, con galletitas para picar (buenísimas), chuches, refrescos y café.
El curso fue una pasada, Julia y Julián son majísimos, y lo explican todo estupendamente, tanto, que volví a casa con mi cajita de galletas decoradas y perfectas (solo yo sé encontrarlas los fallos ;-)).
Nos dio pena comerlas de lo monas que son, así que las guardé en su cajita, hasta el otro día, que hice esto:

Compré un marco en IKEA, con suficiente profundidad para que las galletas no toquen el cristal y le quité el paspartú, para quedarme con el fondo de contrachapado liso, que forré con un papel blanco.
Recorté unos trocitos de cartulina fina verde simulando hierba y en el papel blanco dibujé un sol y unas cuantas flores.
Aprovechando que esa semana había hecho unas galletas decoradas, utilicé un poco de glasa sobrante para extenderla por el revés de las galletas y poder pegarlas en la composición. Ya solo quedaba completar el montaje en el marco.
Ahora tengo que comprar unos cuantos marcos más, pero más pequeños, donde colocaré el resto, de manera individual.

Y ahora, como os he prometido en el título, os enseño mi versión en fimo de caperucita (no comestible).

La manera de hacerla me recuerda en parte a la manera de realizar galletas. Está formada por una primera capa de fimo de color marrón galleta, sobre la que he ido extendiendo los diferentes colores de caperucita, como si en vez de glasa real fuera fondant. 
Para que las láminas queden finas y uniformes, lo mejor es contar con una laminadora como las de pasta. Yo me compré una de gama baja y no resulta muy cara (menos de 20 €), y por supuesto solo la uso para laminar fimo.

Podéis comprar los colores exactos que vais a utilizar o también podréis comprar los colores primarios, junto con blanco y negro para hacer vosotros mismos las mezclas. (los colores que siempre tengo son: amarillo, azul, rojo, blanco y negro)
Preparo en primer lugar todos los colores que voy a necesitar y voy laminándolos uno a uno con los grosores adecuados (en esta figura las capas son de unos 2 mm de espesor, a excepción de la del vestido blanco, que no sale en la foto, que es de 1 mm).
Las láminas las voy haciendo empezando por el color más claro y terminando con el más oscuro, ya que aunque limpio los rodillos de la laminadora, siempre queda algún resto de color anterior que puede estropear los colores más claros. 
Con todas las láminas preparadas, voy recortando las formas de cada una de las piezas, como si fuera un collage, y después ya se puede empezar a montar la figura. No es necesario pegamento, ni agua para pegar unas láminas con otras, simplemente con un poco de presión es suficiente (si queréis podéis pasar el minirodillo suavemente por encima para ejercer presión uniforme en las capas.
Dejo para el final los detalles, como la boca, los coleteros y las rayitas del pelo, que hago con un bisturí de plástico.
Los ojos están formados por bolitas negras pequeñas sobre las que pongo otras aún más pequeñas de color blanco, sin embargo, podéis pintarlos con rotuladores indelebles (tras el horneado).
Con la figura terminada, le pongo un enganche en la parte superior que servirá para introducir la cadena (ya que caperucita será un colgante) y se lleva al horno, que estará precalentado a la temperatura que indica el fabricante (en mi caso 130ºC máximo), durante 10-12 minutos.


 Tras el horneado se deja enfriar y ya está lista!! Eso si, no vayáis a hincarle el diente!!


Un saludo y hasta la próxima!