CURSO DE GALLETAS DECORADAS DE POSTREADICCIÓN Y MI VERSIÓN DE CAPERUCITA EN FIMO
Los que me conocéis ya sabéis de mi afición a la repostería (si, otra afición más), desde pequeña he hecho bizcochos y galletas, y claro, cuando descubrí las galletas decoradas fue lo más.
Las galletas decoradas son en sí mismas una manualidad comestible, así que aúnan mis dos vicios.
Hace aproximadamente un año y medio, mi amiga Asun me regaló el libro de Postreadicción. Sus autores Julia y Julián, comenzaron con un blog, del mismo nombre, que se ha convertido en referente. Además, de su dedicación al blog, imparten cursos, por lo que sin dudarlo, escribí a Julia para que me avisara en cuanto publicara nuevas fechas.
Conté los días hasta la fecha del curso, aunque un poco incrédula de mi capacidad para hacer esas galletas, que veía perfectas.
El taller es una monada, como comentamos allí, parece una casita de muñecas, muy acogedor, con todo listo para comenzar y un ambiente genial, con galletitas para picar (buenísimas), chuches, refrescos y café.
El curso fue una pasada, Julia y Julián son majísimos, y lo explican todo estupendamente, tanto, que volví a casa con mi cajita de galletas decoradas y perfectas (solo yo sé encontrarlas los fallos ;-)).
Nos dio pena comerlas de lo monas que son, así que las guardé en su cajita, hasta el otro día, que hice esto:
Compré un marco en IKEA, con suficiente profundidad para que las galletas no toquen el cristal y le quité el paspartú, para quedarme con el fondo de contrachapado liso, que forré con un papel blanco.
Recorté unos trocitos de cartulina fina verde simulando hierba y en el papel blanco dibujé un sol y unas cuantas flores.
Aprovechando que esa semana había hecho unas galletas decoradas, utilicé un poco de glasa sobrante para extenderla por el revés de las galletas y poder pegarlas en la composición. Ya solo quedaba completar el montaje en el marco.
Ahora tengo que comprar unos cuantos marcos más, pero más pequeños, donde colocaré el resto, de manera individual.
Y ahora, como os he prometido en el título, os enseño mi versión en fimo de caperucita (no comestible).
La manera de hacerla me recuerda en parte a la manera de realizar galletas. Está formada por una primera capa de fimo de color marrón galleta, sobre la que he ido extendiendo los diferentes colores de caperucita, como si en vez de glasa real fuera fondant.
Para que las láminas queden finas y uniformes, lo mejor es contar con una laminadora como las de pasta. Yo me compré una de gama baja y no resulta muy cara (menos de 20 €), y por supuesto solo la uso para laminar fimo.
Podéis comprar los colores exactos que vais a utilizar o también podréis comprar los colores primarios, junto con blanco y negro para hacer vosotros mismos las mezclas. (los colores que siempre tengo son: amarillo, azul, rojo, blanco y negro)
Preparo en primer lugar todos los colores que voy a necesitar y voy laminándolos uno a uno con los grosores adecuados (en esta figura las capas son de unos 2 mm de espesor, a excepción de la del vestido blanco, que no sale en la foto, que es de 1 mm).
Las láminas las voy haciendo empezando por el color más claro y terminando con el más oscuro, ya que aunque limpio los rodillos de la laminadora, siempre queda algún resto de color anterior que puede estropear los colores más claros.
Con todas las láminas preparadas, voy recortando las formas de cada una de las piezas, como si fuera un collage, y después ya se puede empezar a montar la figura. No es necesario pegamento, ni agua para pegar unas láminas con otras, simplemente con un poco de presión es suficiente (si queréis podéis pasar el minirodillo suavemente por encima para ejercer presión uniforme en las capas.
Dejo para el final los detalles, como la boca, los coleteros y las rayitas del pelo, que hago con un bisturí de plástico.
Los ojos están formados por bolitas negras pequeñas sobre las que pongo otras aún más pequeñas de color blanco, sin embargo, podéis pintarlos con rotuladores indelebles (tras el horneado).
Con la figura terminada, le pongo un enganche en la parte superior que servirá para introducir la cadena (ya que caperucita será un colgante) y se lleva al horno, que estará precalentado a la temperatura que indica el fabricante (en mi caso 130ºC máximo), durante 10-12 minutos.
Tras el horneado se deja enfriar y ya está lista!! Eso si, no vayáis a hincarle el diente!!
Un saludo y hasta la próxima!